Una de las cosas
que más me gusta del verano, es que puedo pasar mucho más tiempo del
habitual con mi hija, y entre las dos, hacemos programas de cocina.
Esta vez le tocó a
sus tan amadas albóndigas de chocos, imaginaosla con la cara llena de
harina, pues fue ella quién las pasó y les dio forma. Creo que pocas
veces la he visto disfrutar tantísimo. Solo por eso ya vale la pena.
Esta es la receta
ideal si queréis deshaceros de la batidora que tenéis en casa, y comprar
una nueva, la mía casi muere en el intento, aunque como soy una mujer
de recursos ( está muy feo que lo diga?) rápidamente se me ocurrió como
solventar el problema.
Todas las recetas
que he visto están pensadas para thermomix, aparato del que carezco, o
indican que hay que cortar el choco a mano ( situación a la que no
estaba dipuesta a 40 grados a la sombra) así que con el accesorio
picahielos de mi batidora, fui triturando cada uno de los ingredientes, y
luego los uní perfectamente, os puedo asegurar que es una delicia de
receta, y que sin duda y como hasta ahora volverá a repetirse.
Ingredientes:
100 grs de gambas blancas peladas
2 chocos medianos limpios ( unos 500 grs)
3 dientes de ajos grandes
Perejil al gusto
1 cucharadita de café de sal
Mezcla de tres pimientas molidas
150 gramos de pan de viena, seco muy seco ( yo lo dejaría en 100 nada más)
2 huevos.
Aceite de oliva para freir.
Para la salsa
1 zanahoria (cortada en rodajas)
1 puñado de guisantes ( si los tenéis, que yo no tenia)
1 cebolla ( cortada en cuadraditos muy muy fina)
Medio litro de caldo de pescado
1 vaso de vino blanco, en este caso alvariño.
Aceite de oliva
Preparación:
Triturar cada uno
de los ingredientes: el choco ( junto con el ajo y el perejil) y el pan (
junto con las gambas), y mezclar en una fuente amplia..
Añadir los huevos, la sal y la pimienta.
Si la masa que os
queda demasiado suelta, os parece demasiado difícil de manejar, podéis
añadir pan rallado, no más de una cucharada, porque luego se quedan las
albóndigas muy duras.
A mi no solo no me hizo falta, sino que le quitaría pan, lo dejaría solo en 100 gramos.
Pasa las albóndigas por harina de pescado, sacudiéndolas muy bien y freír en aceite de oliva.
Mientras, pocha la
cebolla y la zanahoria en una sarten con aceite (muy poco aceite).
Cuando la cebolla haya sufrido, y esté transparente, añade el vino, y
luego el caldo. Con el caldo hirviendo y la zanahoria empezando a
ablandar ( a mi me gusta hacerlo así) ve añadiendo las albóndigas
fritas, y un par de cucharadas del aceite donde has frito las albóndigas
( eso hará que el caldo espese) y deja cocer hasta que el caldo
reduzca.